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Taking the Arrow Out of the Heart Page 2


  Por último, ha constituido una experiencia espiritual renovadora que me ha brindado más fuerza y confianza para creer en un universo curioso, infinito e interrelacionado que me alimenta, sostiene y da sentido. A través de los aspectos que ella revela en sus obras, alcanzamos a conocer mejor el verdadero sentido de quienes somos y de lo que buscamos, al igual que logramos una mejor visión de cómo las ideas y los sentimientos pueden ayudarnos en el vínculo que tenemos unos con otros, con lo que está más allá de nosotros, con el pasado y con el futuro, o sea, con lo eterno. Esto es, descubrimos el alma en su esencia más integral e interrelacionada.

  Leer —y traducir es una forma muy meticulosa y creativa de lectura— las obras de Alice nos ayuda a recobrar nuestra confianza en los humanos y en la vida y, como escribió el poeta y héroe cubano José Martí, a tener “fe en el mejoramiento humano”.

  Ella nos reafirma en la convicción de que podemos llegar a vivir en un mundo más decente y armonioso. Podemos si sabemos; sabemos si queremos; queremos si tenemos la voluntad; y tenemos la voluntad si hallamos el camino para ser real y esencialmente humanos.

  Manuel García Verdecia

  Holguín, Cuba, marzo de 2018

  El largo camino a casa

  para Muhammad Alí

  Estoy empezando a entender

  el misterio

  del don del sufrimiento.

  Es verdad como algunos

  han dicho

  que es un crisol

  donde el oro de nuestro espíritu

  se funde,

  y resplandece.

  Alí,

  nos representas a todos

  los que aguantamos la prueba del sacrificio

  casi siempre solos

  porque ¿quién puede comprender

  qué persona o qué cosa

  nos ha puesto en nuestros pies?

  Con sus rodillas cansadas

  nuestros antepasados nos alzaron

  de la molesta posición

  que tuvieron que aceptar

  en el piso debajo

  del piso.

  He estado llorando

  todo el día

  al pensar en esto.

  El halo del testimonio

  la inacabable enseñanza

  el largo camino a casa.

  The Long Road Home

  for Muhammad Ali

  I am beginning to comprehend

  the mystery

  of the gift of suffering.

  It is true as some

  have said

  that it is a crucible

  in which the gold of one’s spirit

  is rendered,

  and shines.

  Ali,

  you represent all of us

  who stand the test of suffering

  most often alone

  because who can understand

  who or what

  has brought us to our feet?

  Their knees worn out

  ancestors stood us up

  from the awkward position

  they had to honor

  on the floor beneath

  the floor.

  I have been weeping

  all day

  thinking of this.

  The cloud of witness

  the endless teaching

  the long road home.

  Inspirar

  Al inspirar

  agradezco a Thich Nhat Hanh.

  Al espirar

  le agradezco más.

  Breathing

  Breathing in

  I thank Thich Nhat Hanh.

  Breathing out

  I thank him more.

  ¡Aquí está!

  para Jesse Williams

  Aquí está

  la belleza que los mata

  —eso creen ustedes—

  del susto.

  Pues él es en verdad hermoso

  y está ciertamente donde la blancura

  para incredulidad de ustedes

  no ha salido

  a morir.

  No. Está allí, piel pardo-rojiza, ojos grises,

  mandíbula Malcom-esca. Sus leales padres,

  que la Diosa los bendiga,

  sentados orgullosos y felices y sin dudas

  asombrados

  de lo que han hecho.

  Porque él también es negro. Y obviamente

  con un alma

  hecha de todo.

  Traten de pensar más en grande de lo que jamás lo han hecho

  o se han atrevido a hacer:

  que la negritud no está donde la blancura

  sale a morir, sino que es

  como la materia oscura

  entre las estrellas y galaxias

  del Universo

  que a la larga

  lo mantiene todo

  unido.

  Here It Is!

  for Jesse Williams

  Here it is

  the beauty that scares you

  —so you believe—

  to death.

  For he is certainly gorgeous

  and he is certainly where whiteness

  to your disbelief

  has not wandered off

  to die.

  No. It is there, tawny skin, gray eyes,

  a Malcolm-esque jaw. His loyal parents

  may Goddess bless them

  sitting proud and happy and no doubt

  amazed

  at what they have done.

  For he is black too. And obviously

  with a soul

  made of everything.

  Try to think bigger than you ever have

  or had courage enough to do:

  that blackness is not where whiteness

  wanders off to die: but that it is

  like the dark matter

  between stars and galaxies in

  the Universe

  that ultimately

  holds it all

  together.

  La nueva Edad de las Tinieblas

  para Martin

  Mientras rodamos por la nueva Edad de las Tinieblas

  te vuelves más querido para mí.

  Tu rostro, tu sonrisa

  ese pelo cuidadosamente arreglado

  para que nunca se vuelva gris.

  Quizá no salgamos de estas tinieblas

  durante mi vida.

  Aun así, pienso en ti

  tan frecuentemente sonriendo,

  o rotundamente riendo;

  tu fuerte complexión gallarda

  y lista para la pelea.

  Aunque es verdad

  que dejaste tu hogar

  como el Buda

  para hallar un camino para todos,

  dejando a tu esposa e hijos

  que sufrieran

  una muy extraña soledad;

  y cierto,

  de los hijos, algunos

  se perderían.

  Sin embargo,

  te extrañamos. Terriblemente.

  Como extrañamos

  a tantos otros

  que nos dejaron con este único

  deseo:

  que no importa cuán honda es la caída

  en las tinieblas y la obscenidad que esta nueva era

  presagia

  la Vida puede permitirnos

  permanecer en pie

  aunque solo sea en lo interior;

  sonriendo y riendo

  contigo

  en medio del solemne ejército

  que partió hacia

  la oscuridad

  hace tantos años,

  siempre cantando,

  a explorar el sendero

  y ser la luz.

  The New Dark Ages

  for Martin

  As we slip into the new Dark Ages

  you become more dear to me.

  Your face, your smile

  that carefully trimmed

  never to turn gray hair.

  We may not emerge from this darkness

  in my lifetime.

  And yet, I think of you

>   so often smiling,

  or laughing outright;

  your sturdy frame gallant

  and ready for the fight.

  Though it is true

  you left home

  like the Buddha

  to find a way for all of us,

  leaving your wife and children

  to suffer

  a most peculiar loneliness;

  and yes,

  the children, some of them

  would be lost.

  Still,

  We miss you. Dreadfully.

  As we miss

  so many others

  who left us with this one

  desire:

  that no matter how deep the fall

  into obscurity and obscenity this new age

  portends

  Life might permit us

  to remain standing

  if only on the inside;

  smiling and laughing

  with you

  among the solemn army

  who went out

  into the darkness

  all those years ago,

  always singing,

  to examine the path

  and be the light.

  Amar Oakland

  Si los aburguesadores no la despojan

  lo que quiere decir deshacerse de los pobres

  y los negros y la gente

  de color

  Oakland puede ser lo que ha sido

  por largo tiempo: un Paraíso urbano.

  Es un lugar donde

  la joven mujer rubia

  que cruza la calle frente a tu auto

  parecería una amenaza

  a la barriada

  a no ser porque frunce el ceño

  por algún hondo asunto de su vida interior

  y lleva estrafalarios zapatos azul intenso.

  Es un lugar donde

  mientras te sientas en la hierba junto al lago

  un hombre negro alto de cierta edad

  se pasea

  soplando su saxofón.

  Tú sonríes e inclinas la cabeza

  y él se inclina a su vez,

  con su instrumento. Su día es suave.

  Está al sol.

  Te ha dado su dulzor

  y su sol

  a ti gratis.

  Aquí

  he encontrado un amor

  no explorado antes

  por los deportes.

  Al menos me encantan los Warriors*.

  Hay algo en el baloncesto

  tan elegante, los jugadores tan serios,

  hábiles, moderados

  e intensos; me siento a chillar y vitorear

  como todos a mi alrededor; somos

  por poco tiempo una familia y ellos nuestros hermanos

  envueltos en una guerra pacífica.

  Me encanta que la casa de la legislatura estatal

  se engalane de azul y amarillo

  con largas luces brillantes

  toda la temporada

  en que el equipo juega

  y que nuestra camarera

  lleve pendientes azules y dorados

  y sacuda su oscuro pelo rizado

  para asegurarse

  de que los notemos.

  Amar la tierra de Oakland:

  Frida y Diego lo hubieran hecho.

  A Frida nunca le gustó Chicago y en verdad sufrió

  en Nueva York. En Oakland desplegaría

  sus hermosos vestidos en torno a ella sobre el césped de ese nuevo sitio

  concebido para sentarse y acostarse

  en el extremo distante del lago.

  Diego apreciaría los murales

  a veces de varios pisos

  de alto. Querría pintar los suyos.

  ¡Claro que lo haría!

  Quienquiera que haya dicho, “no hay nada de nada allí”, y creo que estamos

  equivocados en pensar que Gertrude Stein

  quiso decir eso, y no estaba bromeando

  (aunque quién sabe lo que era Oakland en su tiempo; o

  qué era ella en el tiempo de Oakland),

  cuando se presume que dijo esto.

  Porque, y gracias, según muchos, a la previsión

  de Jerry Brown de limpiar el lago,

  hay mucho de “algo” en Oakland.

  No son solo sus calles, sus buenos lugares para comer y jugar

  con los niños y la familia,

  no solo el lago, que la gente ama

  con tanta devoción (aunque puede que jamás

  lo llamen así); es esa sonrisa que toca tu corazón

  cada vez que ocurre

  cuando un total extraño te saluda en el camino;

  el modo en que las robustas hermanas son admiradas

  por todos los que las ven apresurarse, balanceando los brazos,

  intencionalmente mejorando la vista

  al hacerla más real

  y disfrutando por completo

  su diario ejercicio; es el sentido

  de que algo que estuvo vivo

  por largo tiempo

  todavía vive. Todavía no abatido hasta

  la rendición

  o el olvido

  por aquellos que matan todo

  lo que tocan

  con dinero.

  * N. del T.: Los Golden State Warriors son un equipo de baloncesto profesional con sede en Oakland, California.

  Loving Oakland

  If gentrifiers do not despoil it

  which means getting rid of poor

  and black and people of color

  people

  Oakland can be what it has been

  for a long time: an urban Paradise.

  It is a place where

  the young blonde woman

  crossing the street in front of your car

  would look like a threat

  to the neighborhood

  except she’s frowning

  over some deep issue in her inner life

  and wearing outrageous vivid blue shoes.

  It is a place where

  as you sit on the grass by the lake

  a tall black man of a certain age

  strolls by

  blowing his saxophone.

  You smile and bow,

  he bows back,

  with his horn. His day is mellow.

  He’s in the sun.

  He has given mellowness

  and sun, free of charge,

  to you.

  Here

  I have found a previously

  unexplored

  love of sports.

  At least I love the Warriors.

  Something about basketball

  is so graceful, the players so serious,

  skilled, nonviolent

  and intense; I sit grunting and groaning

  like everyone around me; we are

  for a short time, family, and these are our brothers

  engaged in peaceful war.

  I love it that the state house

  wears blue and yellow

  in long emphatic lights

  the whole season

  the team is playing

  and that our waitress

  wears blue and gold earrings

  and shakes her curly dark hair

  to make sure

  we notice them.

  Loving Oaklandia:

  Frida and Diego would have.

  Frida never liked Chicago and actually suffered

  in New York City. In Oakland she could spread her

  lovely dresses around her on the grass in that new place

  designed for sitting and lying

  at the far end of the lake.

  Diego would appreciate the murals

  that are sometimes several stories

  high. He’d want to paint his own.

  Of course he would!

  Whoever said “there is no there there,” and I think we are

  wrong to think Gertrude Stein

  meant this and wasn’t joking

  (though
who knows what Oakland was in her time; or what

  she was in Oakland’s time)

  when she is alleged to have said this.

  Because, and thanks, many claim, to Jerry Brown’s

  foresight about cleaning up the lake,

  there is plenty of “there” in Oakland.

  It is not just its streets, its good places to eat and play

  with one’s children and families,

  not just the lake, which people love

  with so much devotion (though they might never

  call it that); it is that smile that hits you in the heart

  every time it happens

  when a total stranger greets you on the path;

  the way the hefty sistahs are admired

  by all who see them as they hustle by, arms swinging,

  knowingly improving the view

  by making it real

  and completely enjoying

  their daily exercise; it is the sense

  that something that was alive

  for a very long time

  is still alive. Not yet beaten into

  submission

  or oblivion

  by those who kill everything

  they touch

  with money.

  ¿Es Celie realmente fea?

  para Cynthia Erivo

  ¿Es Celie realmente fea?

  Pregunta la carismática estrella que la encarna

  en Broadway.

  ¡Cuántas veces durante años

  he respondido

  a esto!

  Celie y su hermana “más bonita” Nettie

  son casi idénticas.

  Podrían ser gemelas.

  Pero la vida ha impuesto a Celie

  todos los sufrimientos

  a los que Nettie normalmente escapa: una confusa ansiedad en torno

  al linchamiento de su padre cuando era muy pequeña,

  reiteradas violaciones,

  el negado amor de una madre

  que se transformó

  en recelo y desdén,

  sus hijos, hasta donde sabe,

  asesinados por

  un psicópata violador que afirma

  ser el padre.

  Trabajo interminable

  que degrada y pronto borra

  la manifiesta belleza

  de la más regia esclava.

  Quería que todos pensemos

  en lo superficial que es nuestro sentido

  de la belleza, pero también,

  cómo se destruye la belleza.